Los padres suelen ser seres preocupados, se empieza con el llanto, la lactancia, el sueño, la comida, el control de esfínters, y una larga serie de preocupaciones que no excluyen en algunos casos el aprendizaje del habla.
Cuando las madres empiezan a acudir a un grupo de apoyo, especialmente si son primerizas o los otros hijos son pequeños, el tema del habla no se encuentra entre sus prioridaes, pero con el tiempo de vez en cuando se da el caso y este libro puede serles útil. Además como sabemos todas las madres que damos o hemos dado el pecho, en nuestra cultura no es poco frecuente culpar a la lactancia de cualquier cosa que le pase a un hijo, especialmente si se da el pecho más allá de unos pocos meses.
No falta quien profetiza que el niño no hablará sino deja de mamar, este libro incluye todo un capítulo dedicado a lactancia y lenguaje desmitificando muchos tópicos.