Candidiasis de pezones

El mito de las cándidas

Siempre hemos visto casos de dolor de pezón intenso que no se solucionaban pese a corregir postura. Hace diez años, la información científica que teníamos al respecto apuntaba al hongo candida albicans como agente causal de dicho dolor. Gracias al esfuerzo de muchos profesionales sanitarios, se empezaron a diagnosticar y tratar las candidiasis mamarias, pero ahora sabemos, a luz de los últimos estudios publicados, que ni el diagnóstico ni el tratamiento eran correctos.

Son muchas las mujeres a las que se diagnostica erróneamente candidiasis en los pezones o mamas sin un cultivo previo de muestras y basándose en una simple inspección visual del pecho, o bien en síntomas como el dolor y la quemazón sin que existan lesiones en la piel del pezón. Estas mujeres son a menudo tratadas con antifúngicos tópicos y orales que no mejoran la sintomatología y en algunos casos llegan incluso a empeorarla. Ocasionalmente, sucedía que alguna de las mujeres no curadas tomaba antibiótico por otra razón y mejoraba sensiblemente del dolor, lo que nos dejaba sumidos en un mar de dudas.

Algunas cepas de estafilococos pueden ser sensibles a medicamentos contra los hongos, por lo que no es extraño que alguna mujer afecta de infección bacteriana mejore al tomarlo.

Candida albicans es el agente causal de la candidiasis oral (muguet) en niños y de la candidiasis vaginal en mujeres. Además puede causar infecciones graves en niños prematuros. Sin embargo, y a diferencia de lo que sucede con estafilococos y estreptococos, la glándula mamaria no es un ecosistema adecuado para su crecimiento.

De hecho, el aislamiento de levaduras en casos de mastitis es muy raro. Según un estudio publicado en Acta Pediatrica [PDF] (1,2), Juan Miguel Rodríguez, bacteriólogo de la Universidad de Madrid, y su equipo han estudiado en los últimos años muestras de leche y pezones de cerca de 9.000 madres con síntomas de dolor al amamantar. En su laboratorio, en el que proceden a un análisis microbiológico exhaustivo de las muestras recibidas, únicamente han identificado 4 casos de mastitis por levaduras entre esas 9.000 muestras analizadas, el resto eran causadas por bacterias: Estafilococos y estreptococos de diversa índole la mayoría.

ALBA Lactancia Materna colaboró en dicha investigación, y tras enviarle muestras de más de 170 madres, muchas con supuestos síntomas de candidiasis, sólo obtuvimos un resultado positivo. Se trataba de un recuento NO patológico en el que aparecían 50 colonias/ml de levaduras en uno de los pechos. Conviene aclarar que se trataba de una madre con heridas causadas por una anquiloglosia (frenillo lingual corto) en el bebé. No había infección y la madre mejoró inmediatamente tras la oportuna frenotomía. Explicación: el bebé tenía muguet (candidiasis oral) en la boca, y la muestra del pecho en el que se detectó cándidas fue recogida inmediatamente después de que el niño soltara ese pecho.

Es frecuente que coexistan el dolor de pezones en la madre y el muguet o eritema de pañal en el bebé. Este hecho se debe a que los estafilococos al crecer producen una serie de compuestos que estimulan el crecimiento de las levaduras.

El papel de las levaduras en las infecciones mamarias es, pues, anecdótico o inexistente.

En la misma linea se ha publicado otro artículo (3) sobre un estudio prospectivo con el objetivo de determinar si Candida albicans estaba presente en la leche de mujeres que sufrían síntomas de dolor severo en los pezones y dolor profundo en la mama. El estudio concluye que los datos recogidos sugieren que C. albicans no estaba presente en los conductos de la leche (en la mama) y probablemente no está asociada con este síndrome.

En veterinaria todo este tema está mucho más y mejor estudiado, ya que la salud de las hembras del ganado bovino, ovino, caprino y porcino y su capacidad para producir leche es de gran importancia para la industria agropecuaria, y hasta la fecha las levaduras no se han descrito como causa de mastitis en ninguna otra especie de mamíferos.

 

Bibliografía

(1) S. Delgado, R. Arroyo, E. Jiménez, L. Fernández, J.M. Rodríguez

Departamento de Nutrición, Bromatología y Tecnología de los Alimentos. Universidad Complutense de Madrid. Acta Pediatr Esp. 2009; 67(2): xxx-xxx

(2) E. Jiménez, S. Delgado, R. Arroyo, L. Fernández, J.M. Rodríguez

Departamento de Nutrición, Bromatología y Tecnología de los Alimentos. Universidad Complutense de Madrid. Acta Pediatr Esp. 2009; 67(3): 77-84

(3) Thomas W. Hale, Tiffany L. Bateman, Malcolm A. Finkelman, Pamela D. Berens.

Breastfeeding Medicine. June 2009, 4(2): 57-61. doi:10.1089/bfm.2008.0144.

 

Artículo redactado por Inma Marcos. Asesora de Lactancia de ALBA. Comadrona. IBCLC.
Revisado por Eulàlia Torras. Asesora de Lactancia de ALBA.